Cocinar es un arte, pero también es una tarea llena de trampas y pequeños errores que pueden arruinar hasta la receta más sencilla. Hoy queremos ayudarte a evitar esos tropiezos comunes que pueden convertir una comida prometedora en un pequeño desastre culinario. Así que, si te gusta la cocina o estás empezando a dar tus primeros pasos entre sartenes y cacerolas, ¡toma nota de estos cinco errores que no debes cometer cocinando y diviértete!

No salar el agua adecuadamente

Este es un error que puede parecer menor, pero la sal es el secreto para que tu pasta tenga sabor. ¿Has oído eso de que el agua de la pasta debe saber a mar? Pues es cierto. No se trata de añadir un montón de sal, sino de la cantidad justa. Una buena regla es usar aproximadamente una cucharada de sal por cada litro de agua. La sal no solo potencia el sabor de la pasta, sino que también mejora su textura. Así que, la próxima vez, no te olvides de salpicar ese mar en tu olla antes de añadir la pasta.

No controlar el tiempo de cocción

Aquí no hay excusa: ¡el reloj es tu mejor amigo en la cocina! Cocinar la pasta demasiado tiempo o demasiado poco puede ser un desastre. La pasta al dente es la clave de muchas recetas, y eso significa que debe tener una textura firme al morderla. La mejor manera de saber si está lista es probarla unos minutos antes del tiempo recomendado en el paquete. Así evitarás tanto un resultado demasiado blando como una pasta crujiente por dentro. Recuerda: la pasta sigue cocinándose incluso al retirarla del agua caliente.

Sobrecalentar el aceite de cocción

Cuando se trata de frituras, un error común es calentar demasiado el aceite. Esto puede hacer que la comida se queme por fuera y quede cruda por dentro. Además, el aceite excesivamente caliente produce más humo y, por supuesto, es más peligroso. La clave está en mantener el aceite a una temperatura adecuada, generalmente entre 160-180°C, dependiendo de lo que estés friendo. Un truco para saber si el aceite está listo es usar un trozo de pan: si empieza a dorarse en unos 30 segundos, estás en el punto perfecto.

No dejar reposar las masas con harina

Hacer una masa con harina y estar ansioso por ver el resultado es algo muy común, pero olvidarte de dejarla reposar puede estropear el plato. Cuando trabajas con masas de harina, como la de las pizzas o panes, es fundamental dejar que reposen. Esto permite que el gluten se relaje y que la levadura (si la usas) haga su magia, dando lugar a una textura esponjosa y ligera. Así que, aunque la paciencia no sea tu fuerte, da a tus masas ese tiempo de reposo que necesitan.

No probar la comida a medida que cocinas

Probar la comida mientras cocinas es un paso esencial que muchos olvidan. Este pequeño acto te permite ajustar los sabores en el momento y evitar sorpresas desagradables al final. ¿La salsa está muy ácida? Añade un poco de azúcar. ¿El guiso necesita más sal? Adelante, agrégala. Probar te ayuda a equilibrar los sabores y asegurar que el plato final sea delicioso. ¡Probar es la única manera de asegurarte de que tu comida sea un éxito!

Desde Pastas Gallo, esperamos que estos consejos te sean útiles y que cada vez que te pongas el delantal, lo hagas con confianza y una gran sonrisa. Recuerda, la cocina es un lugar para experimentar, aprender y, sobre todo, disfrutar. ¡Buen provecho!

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