En los medios de comunicación, en las redes sociales, en la calle o en el trabajo… los (buenos) hábitos alimentarios y el estilo de vida saludable son dos temas de absoluta actualidad y todo el mundo está hablando de ello. Sin embargo, muchos de nosotros no sabemos realmente en qué consiste llevar una vida sana. Por ello, en este artículo te contamos algunos hábitos alimentarios y estilos de vida saludable. ¿A qué esperas para ponerlos en práctica?

La pirámide nutricional y la dieta saludable 

La famosa pirámide nutricional ha sido recientemente revisada para definir los alimentos que componen una dieta saludable (y la frecuencia en la que debemos consumirlos). En los primeros eslabones, se sitúan los alimentos que más peso han de tener en la alimentación diaria. A medida que vamos subiendo de nivel, aparecen otros alimentos que hay que consumir de forma más ocasional. 

A partir del segundo nivel, encontramos todos los alimentos de consumo habitual. Alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como las harinas o las pastas, cereales o tubérculos. Todos ellos, constituyen la base de la dieta mediterránea y deben estar presentes en cada comida principal, siendo recomendable consumir entre cuatro y seis raciones al día. No obstante, la cantidad dependerá de la actividad física que realicemos.

En el tercer nivel de la pirámide alimentaria encontramos frutas, verduras y hortalizas. Se recomienda consumir fruta fresca entre tres o cuatro veces al día, y verduras y hortalizas de dos a tres veces al día. En el cuarto nivel se incluyen otros alimentos de consumo diario, como lácteos, carnes, pescados, huevos, legumbres y frutos secos. Los lácteos se muestran como un grupo aparte, porque, además de aportar proteínas, son la mejor fuente de calcio en nuestra dieta. En el nivel superior, están aquellos alimentos de consumo ocasional (o mejor aún, opcional). Algunos ejemplos son las carnes rojas procesadas, productos ricos en azúcar añadido, y grasas como la mantequilla.   

Hábitos tóxicos

El tabaco, el alcohol o las drogas inciden de forma muy negativa en nuestra salud, por lo que debemos evitarlos por completo. Como excepción, en adultos sanos, se recomienda un máximo de una copa de vino o cerveza al día, aunque, por supuesto, es preferible prescindir de su consumo por completo.

Ejercicio físico

Practicar ejercicio físico moderado de forma regular es otro de los pilares fundamentales para mantener un estilo de vida saludable. La recomendación general es realizar, al menos, 30 minutos diarios de actividad física diaria, siendo suficiente caminar a paso ligero. Esto permite quemar las calorías sobrantes, fortalecer músculos y huesos, además de ayudar a controlar la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre.

Por si todo ello fuera poco, el ejercicio físico también nos ayuda a eliminar el estrés, a dormir mejor, mejorar la autoestima y nuestro estado de satisfacción personal. También puede ser un buen medio para desarrollar una saludable actividad social, cuando el ejercicio se realiza en compañía de otras personas.

Higiene

También cabe señalar que mantener hábitos de higiene evita muchos problemas de salud. Desde infecciones, hasta problemas dentales o dermatológicos. No olvides que el concepto de higiene no se refiere únicamente al aseo y limpieza corporal, dental y facial, sino que afecta también al ámbito doméstico.

Sueño

Por último, otro hábito de vida saludable fundamental consiste en dormir suficientes horas al día (y, por supuesto, procurar que el descanso sea de calidad). En adultos, la recomendación general es dormir alrededor de 8 horas al día, y en niños, entre 10 y 12 horas, dependiendo de la edad.

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