Uno de los nutrientes más demonizados por la cultura popular con respecto a las dietas son los carbohidratos o hidratos de carbono:  casualmente, ¡nuestra principal fuente de energía! Representan el 40-60% del total de las calorías diarias que debemos consumir. ¿Te gustaría saber todas las razones por las que es imprescindible consumir hidratos de carbono?  ¡Toma nota!

Qué aportan los hidratos de carbono

Una vez ingeridos, los hidratos de carbono (también llamados “azúcares”) son descompuestos en glucosa, proporcionando a nuestro organismo una serie de beneficios:

  • Fuente de energía: los hidratos de carbono son el combustible que nuestro organismo necesita para llevar a cabo todas sus funciones básicas. Sobre todo, son vitales para nuestro cerebro, ya que es su única fuente de energía y, como podrás imaginar ¡necesita mucha! 
  • Ahorro de proteínas: consumir carbohidratos hace que nuestro cuerpo ahorre la energía de las proteínas para usarla en otros procesos del organismo.
  • Evitan que se formen cuerpos cetónicos: los cetónicos son un desecho de las grasas. Aparecen cuando el cuerpo utiliza la grasa para obtener energía (en lugar de hacerlo de los azúcares). Si usamos el azúcar de los carbohidratos evitaremos su aparición, evitando patologías como las arritmias o la osteoporosis. 
  • Formación de los tejidos: tanto el conectivo como el nervioso.
  • Funciones reguladoras: los hidratos de carbono equilibran el tránsito intestinal, disminuyen el estreñimiento y producen sensación de saciedad. 

¡No elimines los hidratos de carbono de tu dieta!

Por todas estas razones, no es recomendable seguir dietas estrictas y exentas de alimentos ricos en hidratos de carbono, ya que puede causarnos graves problemas de salud. Las personas que desean perder peso, no deben cometer el error de eliminar por completo este alimento, sino ajustar las cantidades que ingieren a sus necesidades específicas.

Hidratos de carbono simples y complejos

 ¡Pero no todos los hidratos de carbono son iguales! Es importante que conozcas las diferencias entre los dos tipos de hidratos de carbono que existen, ya que son muy diferentes entre sí.

 Hidratos de carbono simples: son aquellos que se digieren muy rápidamente y provocan picos de insulina. Son los conocidos como “carbohidratos malos” (azúcar blanco, refrescos, bollería industrial…) Se debe controlar la cantidad ingerida de estos carbohidratos, limitando al mínimo su consumo.

Hidratos de carbono complejos: son aquellos de digestión lenta. Tienen un valor nutricional alto y contienen mayor cantidad de vitaminas y fibra. Proporcionan energía de manera sostenida y sin provocar picos de insulina. Las verduras, el arroz, el pan, la pasta o las legumbres son algunos buenos ejemplos de hidratos de carbono complejos. Son los conocidos popularmente como “carbohidratos buenos”.

¿En qué alimentos encontrarlos?

Podríamos agrupar las principales fuentes de hidratos de carbono en cuatro grupos de alimentos:

Cereales: arroz, trigo, avena, cebada, maíz, centeno, pasta.

Tubérculos: patata, boniato, yuca.

Azúcares: remolacha, caña de azúcar, miel.

Legumbres: Garbanzos, lentejas, judías, alubias, guisantes, soja.

Los hidratos de carbono o carbohidratos son sirven como pieza vital en nuestra alimentación: ¡es nuestra gasolina! Si quieres saber más, te contamos en profundidad las diferencias entre los hidratos simples y complejos en este artículo de nuestro blog.

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